“ Cuanto he aprendido en este triatlón “
Cuando un amigo os dice por activa y por pasiva que no os
metáis a nadar con la cámara de fotos, hacédle caso, por mucho interés que
tengáis en sacar unas buenas fotos, porque puede que tengáis que buscar la
cámara en el fondo del embalse como si estuvieseis buscando oro mientras el
resto de participantes se alejan sin cesar. Todo sea dicho, esto no tenía
porque haber pasado sino es porque mi “amigo” se aseguró de cumplir sus predicciones
dándole un manotazo a la cámara (seguro que fuiste tu je je). Menos mal que otro “amigo” se quedó a
esperarme, que no ayudarme, para que una vez hube encontrado el objeto perdido
mantenerme un ratíllo más con la cabeza bajo el agua, igual pensaste que era un
pez y no necesitaba respirar. Por dos motivos creo que mereció la pena llevar
la cámara, a pesar del improvisto, uno para sacar un par de fotos que creo que
merecieron la pena y otro el espectáculo que doy al público (no solo estaba
agachado buscando en el fondo del pantano, sino que lo hice dándole la espalda
a los presentes y con un agujero en el traje a la altura del orificio…).
Otra de las cosas que he aprendido en este triatlon es a no
volver a montar en mountain bike en los meses de verano en una carrera. La
razón es muy sencilla, ante la falta de lluvia en este periodo, se acumula
mucha arena en los caminos y esto hace un año me provoco un esguince cervical
tras caer como un “fardo loco” contra el suelo. Vamos que por este y otros
motivos me tire todo el segmento de bici penando (llevar siempre guantes para
la bici aunque se tarde un poco más en la transición sino quereís terminar con
unos callos que no podáis coger ni un tenedor, hinchar las ruedas de la bici un
poco menos de lo que os digan vuestros “amigos” sino quereís ir dando botes
como un saltamontes toda la carrera (bueno hasta que decidí bajarme y
desinflarlas porque creía que me la iba a pegar), etc..
Y por último, si llevaís una semana necesitando una grua
para levantaros de la cama del dolor lumbar que teneís, que haceis corriendo un
triatlon de dos horas y media.
A pesar de todos estos imprevistos (solo aprendemos de las
malas experiencias) el triatlon ha tenido cosas muy positivas. Se nada en un
pantano muy bonito, con pocos participantes que no hacen que la natación sea
una odisea ( y más tranquila si sales el último je je) y dando dos vueltas (así
puedes tus animadores te pueden ver más veces). La bici es muy dura (como a mí
me gusta), siempre picando hacía arriba. Y la carrera a pie conjuga muy bien el
terreno de asfalto con el de campo a través.
Conclusión final: A pesar de los ánimos finales “espíritu
Font Romeu” (aunque parezca que no, los agradecí enormemente), creo que este
triatlon me ha sobrado ( llegue a la salida completamente sin energías, imaginaos
a la meta). Necesito un descanso competitivo hasta…. septiembre (que me espera
el próximo reto de la temporada, el Triatlon de la Bola del Mundo).